lunes, 22 de junio de 2015

Y los hijos un día.....vuelan

Quizás a algunos les parezca una nimiedad lo que  voy a contar en esta entrada . Si, quizás, porque , quizás, estéis algunos acostumbrados a vivir experiencias de este tipo. Pero quería compartir con vosotros  lo que ha sido para mi “un gran paso”.
Ya sabéis que este blog lo llevamos entre mi hija Carmen y yo. Ahora me siento “coja” porque Carmen está fuera de casa  y no veáis lo que la echo ya de menos…
El año que viene hará segundo de Bachiller y después quiere estudiar la carrera de Traducción e Interpretación. Por este motivo hoy ha viajado a Londres para estar con mis tíos Carlos y Nieves y mi sobrina Marina unos días y perfeccionar el inglés.
Era la primera vez que iba a salir de España,  la primera vez que viajaba en avión y la primera vez que viajaba en avión sola.

Al ser menor de edad pero con 17 años la compañía no le ponía acompañante. Está tan cerca de los 18 que no lo contemplan como necesario.  Por este motivo iba preparada con un permiso  paterno para desplazamientos de menores de 18 años al extranjero que pedimos en la Policía.
Iba muy preparada con todo tipo de instrucciones. Maleta perfecta, mochila con todo lo necesario para el avión (incluida su comida sin gluten  , ¡ay , qué poca consideración con los alérgicos a alimentos hay en este país ¡!), y su carpetita con toda la documentación.
Ella estaba nerviosa sobre todo por el momento de quedarse sola  después de facturar  y tener que buscarse la vida: pasar el control de la policía, buscar la puerta “H”, buscar el número  de vuelo… y estar sola una hora hasta de que se metiera en el avión.
Pero Carmen es fuerte y valiente y así lo ha demostrado. Enseguida la vimos  que preguntaba a un chico en la zona de embarque. Muy bien, Carmen ¡!  Y enseguida encontró la puerta “H”, el pasillo hacia el avión,..




Ya en la aduana de  Heathrow airport  hemos sabido que un policía le hizo un buen interrogatorio viendo que viajaba sola y siendo menor de edad: dónde vas, quién te espera, a que academia vas a estudiar, de qué colegio vienes, nombres de tus tíos,… Gracias a Dios Carmen sacó su autorización de la policía y todo quedó aclarado. Carmen es fuerte y ha sabido demostrarlo con creces!!!
Quiero dar las gracias desde aquí a mis tíos Carlos y Nieves y a mi sobrina Marina, por acoger a Carmen en su casa.  Ninguna pega por su dieta de celíaca, todo ha sido desde el principio no ver dificultad en nada, al revés, tanto cariño que estos días hemos recibido por parte de ellos con los preparativos que estoy segura que la experiencia en esta familia va a desbordar de cariño a Carmen. Gracias a los tres !!!

Pero… yo quería comentaros el fondo de esta experiencia que, como os decía al principio, seguro que alguno de vosotros la ha vivido alguna vez con sus hijos y está más o menos acostumbrado. Para mí  era la primera vez, totalmente nueva y desconocida.
Sé que los hijos son un regalo del cielo. Algo que se nos ha dado  gratuitamente. Los padres debemos contribuir a que , desde que nacen, vayan creciendo hasta ser personas adultas con todo lo que eso conlleva. De mis seis hijos, Jose, el mayor, ya está a punto de despegar (pero eso es para otro post) y Carmen empieza a rozar lo que llamamos comunmente como “abandonar el nido”.
Al dejar a Carmen sola en la puerta de embarque sentí, por primera vez, un  nudo en el estómago que nunca había sentido. Verla marchar sola, rodeada de adultos que no me dejaban ver hacia dónde caminaba,  ver cómo su figura se desvanecía y que la había perdido de vista por completo.. hizo que mis ojos se empañaran un poco. Por un momento sentí un vacío y una preocupación especial por ella. Sabía , y ella también, que no caminaba sola, que  Alguien especial estaba con ella ,no solo hoy, sino que lo estará siempre. Eso, sin duda, da una fortaleza  tremenda en la vida. Pero, así somos los padres…. Aún sabiendo esto, vamos notando cómo la vida nos va rompiendo el cordón umbilical con los hijos,

Ahora empieza esa etapa en casa con los dos mayores. Esta experiencia de Carmen ha sido el aperitivo; los platos fuertes están por llegar. Así que, doy gracias a Dios por ello, porque me ha empezado a preparar a acontecimientos más importantes.
Dejar volar a los hijos es duro, pero se hace más suave esta ruptura cuando ves que tus hijos son maravillosos, responsables, capaces de valerse por sí mismos, con esa capacidad de discernimiento que viene de lo alto para poder elegir qué es lo mejor en la vida. Sí, es nuestro caso. No tengo palabras para describir lo que siento cuando los miro a los seis y veo cómo van creciendo y madurando por dentro y por fuera… Doy gracias a Dios por ello.

Aquí te espero, Carmen, para seguir caminando POR LA VIDA JUNTAS !!!!

Cristina