Ardor guerrero vibre en nuestras voces
y de amor patrio henchido el corazón
entonemos el himno Sacrosanto
del deber, de la Patria y del Honor ¡Honor!
y de amor patrio henchido el corazón
entonemos el himno Sacrosanto
del deber, de la Patria y del Honor ¡Honor!
Esta son las primeras líneas del Himno de Infantería,
un himno que he escuchado desde niña y que me conmueve , ahora, de una forma
especial.
Vengo de familia de militares: abuelos, padre, tíos y
primos militares. Recuerdo a mi abuelo Luis, General de Infantería y mi abuelo
Camaño, Coronel de Infantería, contar mil historias de su época militar.
Y , especialmente ahora, recuerdo a mi padre, coronel
retirado, militar de vocación inmensa. Si tengo que describirle en esta faceta
con una palabra, sería ésta: pasión. Es una de las personas con más vocación de
algo que he conocido. Nunca se me olvidará cuando mi padre entraba por la
puerta después de unas maniobras con una mochila pesadísima que le sobresalía
por encima de la cabeza y que , para mi pequeña estatura, era inmensa ¡!!
Profesor de cadetes, con verdadera vocación docente, muy respetado y querido
porque, cuando uno ama lo que hace, eso se transmite de forma espontánea.
Pero…¡quién me iba a decir a mí que hablaría en
nuestro blog sobre este tema de una forma más personal aún ¡!! Si, … mi hijo
Jose María, el mayor, ingresó el 18 de agosto en la Academia General Militar de
Zaragoza.
“Mamá, quiero ser militar”, esas fueron sus palabras
el curso pasado mientras tranquilamente estábamos en casa. Si…. Me quedé tiesa…
Pero… ¿cómo, por qué..?
No hay una respuesta contundente porque una persona
como Jose, tan reflexivo y responsable, estas decisiones se toman en el tiempo.
Se van viendo, se observa algo que te llama la atención, piensas, meditas sobre
ello,… y, de esta reflexión profunda, sale la decisión.
Es cierto que Jose, como sus hermanos y primos, han
visto a su abuelo Nica vestido de miitar, desfilar en los actos de la Academia
Militar de Toledo, y.. probarse su preciosa gorra cuando eran pequeños.
Y, también es cierto, que sus amigos Santi y Arturo,
ahora alféreces de Infantería, han abierto el mundo de la vida militar tal y
como se vive ahora.
Y, para llegar a donde ha llegado ahora, el camino no
ha sido fácil: duro entrenamiento, muchas horas de estudio para sacar una nota
alta, superar unas pruebas físicas, de inglés y un reconocimiento médico.. todo
ello ha hecho que Jose se vuelva aún más responsable y disciplinado.
Entender la vida militar puede ser complicado para
algunos, pero, para mi, que vengo de donde vengo, no lo es. Estos chicos que
acaban de ingresar y que dejan todo para poner a disposición de su país toda su
juventud, son de una pasta especial. Como nos dijo a los padres el General de
la Academia General Militar de Zaragoza el día de la presentación: “lo más
importante para él y para todos los mandos de la Academia, por encima de todo,
es la educación en valores!. Sí, valores, virtudes, incluso, tan
desprestigiados en la actualidad como la honestidad, la disciplina, la
lealtad,el sentido del deber, la responsabilidad, el compañerismo, el valor,….brillan
en chicos de 18 años en todo su esplendor.
Sólo puedo dar gracias a Dios por todo ello y
desearte, querido Jose, que seas un buen militar. Tú ya sabes lo que ello
implica y , estamos seguros, todos los que te queremos y conocemos, que lo vas
a ser. Mucho ánimo en esta etapa de tu vida
Ya sabes que no vas a estar solo. Ya en la capilla del
Gómez Ulla, al conocer tu entrada en la Academia, le entregué a la Virgen tu vida y, ya que yo no voy a poder cuidarte
como hasta ahora, le pedí a Ella que se encargara de ello. Estoy tranquila, no
podía tener mejor ayuda.
Y hoy,
día de la Hispanidad, has podido desfilar ante la Virgen del Pilar y entregarle
una corona de flores. Ella te ha bendecido especialmente, pero no solo a ti,
sino a todos los españoles en este día tan precioso.
Cristina.
Cristina.