martes, 19 de diciembre de 2017

¡Día en Ginebra!

El 25 de octubre, aprovechando la semana de vacaciones por todos los Santos, fui a pasar el día a Ginebra con unos compañeros de la universidad... ¡Es increíble que en solo dos horas de bus haya viajado a otro país!!
Cogimos el bus de las 6 y diez, bastante pronto, ¡pero no me importó el madrugón...!
 Me encantó el momento de cruzar la frontera porque el paisaje cambió totalmente y desde el bus se veían las montañas llenas de niebla y alguna casita en medio de los bosques...


Ginebra me sorprendió porque, aunque me la imaginaba más grande, es una ciudad preciosa, con mil rincones bonitos y llena de vida. Callejeamos hasta llegar a la zona del río, muy agradable para pasear y sentarse en el cesped. Después decidimos ir a pie a la Plaza de las Naciones Unidas, donde está la famosa 'broken chair'.


 Comimos a las 12, como buenos franceses, y de bocadillos (yo tan contenta porque me había traído mi comida sin gluten) Y por la tarde seguimos con nuestro recorrido: vimos el reloj de flores, paseamos por la zona universitaria... E, incluso, entramos en una iglesia ortodoxa preciosa, tanto por fuera como por dentro.


Acabamos sentados al lado del faro de la ciudad y muy muy cerca del chorro de agua que aparece a ratos durante el día. 
Estoy muy contenta de haber podido visitar Ginebra... ¡En un día pudimos ir a los sitios más conocidos pero también descubrir rincones escondidos y disfrutar del buen tiempo que hacía! Ha sido una experiencia diferente y muy bonita. Cuando me paro a pensarlo, me siento afortunada de lo que estoy viviendo en el Erasmus y todos los planes que van saliendo...



¡Un beso grande!
Carmen.